Como la enfermedad inflamatoria intestinal afecta al tubo digestivo, uno de los primeros aspectos que creen los pacientes que puede curar su enfermedad es la dieta, pero ¿conocemos qué podemos comer con EII?
La EII es una enfermedad crónica y por ahora no tiene cura, pero con la ayuda de la dieta se consigue reducir los síntomas (dolor, diarrea, gases…), alargar los períodos de remisión, lograr una correcta nutrición, ayudar a la recuperación del organismo, reducir la inflamación y que el estado físico del paciente sea el mejor posible para acelerar la recuperación durante los brotes.
¿Cómo afecta la EII a la nutrición?
En la enfermedad de Crohn el intestino delgado está inflamado y no digiere correctamente los alimentos, no absorbe todos los nutrientes ni las sales biliares y pasan al intestino grueso sin ser absorbidos causando diarrea y desnutrición.
En la colitis ulcerosa al estar inflamado el intestino grueso no se absorbe el agua causando diarrea.
Es muy importante hacer una dieta para el Crohn y la Colitis ulcerosa que disminuya los síntomas y tener una mejor calidad de vida.
¿Hay alguna dieta para la enfermedad inflamatoria intestinal?
No existe una dieta para la EII específica (pero sí unas recomendaciones). Para cada paciente dependerá de la parte afectada de su sistema digestivo, también variará del estado del paciente y su tolerancia o no a un alimento, pero en esta página encontrarás recetas que puedes probar.
Un alimento puede agravar los síntomas un día pero no afectar en otro momento, por lo que se recomienda probar los alimentos en diferentes ocasiones antes de descartarlo.
Existen una serie de recomendaciones que ayudarán a las personas enfermas con EII a reducir los síntomas y contribuir a la recuperación.
Recomendaciones nutricionales para la EII
Recomendaciones generales para la dieta en la enfermedad inflamatoria intestinal
- Repartir la comida en 5 o 6 tomas diarias.
- Comer en horarios regulares.
- Sentarse para comer.
- Comer despacio.
- Masticar bien para facilitar la digestión de los alimentos.
- Descansar 30 minutos después de las comidas principales manteniéndose incorporado (no se acueste) por ejemplo sentarse en un sillón.
¿Qué comer con EII: la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa?
Dieta para la EII recomendada
Existen unas recomendaciones generales de alimentación para la enfermedad inflamatoria intestinal y dependerá de si la persona está en remisión o en brote.
En remisión: las recomendaciones son las generales para el resto de la población, aunque se intentará descubrir qué alimentos sientan peor al paciente para poder eliminarlos de la dieta.
En remisión se recomienda llevar una dieta lo más variada y saludable posible.
Nota: Recuerda que llevar una dieta equilibrada garantiza cubrir las necesidades nutricionales y estar en mejor estado físico para los brotes.
En brote: en periodo de brote se limitarán alimentos para reducir los efectos que estos puedan producir (diarreas, inflamación abdominal, irritación del intestino, gases…) y ayudar a recuperar el estado de remisión.
En un brote la alimentación debe ser alta en calorías y proteínas, baja en grasas y fibra, de fácil digestión, antiinflamatoria e hidratante.
Qué comer con EII en caso de brote severo:
Esta dieta está indicada para:
- Un brote severo.
- Después de una hospitalización.
Algunos alimentos aconsejados para un brote severo:
- Pescado blanco.
- Patata (papa) o boniato (batata) hervidos o en puré.
- Arroz blanco, pasta de arroz, fideos de arroz.
- Pasta sin gluten.
- Agua de arroz blanco.
- Leche vegetal, especialmente la de arroz enriquecida con calcio.
- Leche desnatada sin lactosa (si se tolera, sino utilizar vegetal).
- Zanahoria y calabaza hervida.
- Pavo, pollo o conejo (sin piel).
- Plátanos maduros (sin hilos ni corazón).
- Manzana y pera hervida, al horno o microondas (sin piel), melocotón en almíbar escurrido.
- Membrillo.
- Tortilla francesa (de dos claras).
- Caldos.
- Infusión de manzanilla o anís.
- Biscotes.
- Jamón serrano sin grasa.
- Aceite de oliva, máximo 2 cucharadas soperas al día.
La preparación será en papillote, hervidas, vapor, microondas o al horno.
Cuando los síntomas mejoran (se reduce el número de deposiciones) se puede pasar a la dieta en brote moderado.
Dieta para brote moderado:
Esta dieta está indicada cuando:
- Un brote aparece de forma moderada.
- Después de salir de un brote agudo.
Además de los alimentos anteriores se podrán incluir progresivamente nuevos alimentos como:
- Pescado azul.
- Carne de cerdo (con poca grasa) y ternera picada (si se tolera).
- Huevos cocidos, revueltos.
- Puré y cremas de calabaza y/o de zanahoria.
- Calabacín.
- Tortilla francesa incluyendo la yema.
Para la preparación se añadirán cocción a la plancha, grill y parrilla.
Cuando disminuyan las deposiciones y el resto de síntomas puede pasar a la dieta de brote leve.
Dieta en brote leve:
Indicada cuando:
- Un brote aparece de forma leve.
- Después de salir de un brote moderado.
Se añaden nuevos alimentos a los ya indicados para el brote moderado y severo como pueden ser:
- Pan blanco del día anterior.
- Yogures desnatados, quesitos.
- Berenjena a la plancha o hervida sin semillas ni piel.
- Ternera tierna.
- Jamón o pavo cocido de buena calidad.
- Surimi (palitos de cangrejo).
- Manzana o pera cruda sin piel.
Respecto a las cocciones se intentará incorporar el estofado con muy poca grasa.
Si los síntomas remiten y la alimentación se tolera, pasar a la dieta de remisión.
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